ARQUITECTURA POPULAR

La casa y el pueblo

Los pueblos se construyen en lugares expuestos al sol de la mañana, con buena panorámica sobre las tierras de cultivo y mimetizados con la tierra de la que salen.

Algunas viviendas se han transformado en "gîtes d´etape" (Timit)
La vivienda puede llegar a tener hasta cuatro pisos: a la planta baja, dispuesta alrededor de un patio, se accede por una única puerta. Siempre alberga el establo y los almacenes. Encima las dependencias de las mujeres y la cocina. Encima las dependencias del cabeza de familia y de los invitados. El tejado plano es al tiempo la terraza.

Llegando a Imelghas
Técnicamente están hechas con una maestría incuestionable en el uno de la tierra como material constructivo (tapial) y la escasa madera. La piedra se utiliza en seco  en algunos basamentos y en los muros más expuestos a la intemperie. El tapial consiste en barro mezclado con piedras y paja, apelmazado en moldes de madera y dispuesto en bancadas. Los revoques del interior se hacen con yeso. El material usado y el grosor de los muros (que decrece en altura aligerando la construcción y dándole su aspecto apiramidado) proporcionan un aislamiento térmico y acústico excepcional. Los pisos se sostienen sobre vigas retorcidas cubiertos por un entramado de ramas, cubierto con una cuidadosa capa de tierra cribada. Las casa más ricas tiene suelo de cemento y los muros con azulejos y rebuscados plafones y cornisas decorativas de yeso. Hoy en día la vivienda tiende a perder altura y ha dispersarse si el suelo no es demasiado pendiente.



Construcción de un muro de tapial en Ifoulou, 
valle de la Tessaout







Los graneros, un perfil característico

Destacan en medio del fondo plano del valle dos pitones extrañamente cónicos como un tajine rematados por una construcción con torreones y aspecto de fortaleza. El uno está en Aït Ziri y el otro en Timit. Son dos agadirs o graneros colectivos.


                                 Granero fortificado de Aït Ziri y marabouth de Sidi Moussa
Hoy abandonados para su función, fueron en su momento, cuando la vida nómada y seminómada de los habitantes era la dominante, las rivalidades tribales y la inseguridad estaban a la orden del día, y el trabajo cooperativo (tiwizi), ante la ausencia del estado, hacía posible empresas de envergadura.
Las gentes precisaban de una especie de "banco" que guardase y garantizase sus "riquezas".
Estos graneros servían para la custodia de granos, aceite, sal, dátiles, almendras, objetos de valor y hasta documentos y archivos de la comunidad. Tenían un vigilante permanente y en casos extremos podían servir de refugio.
La práctica estuvo generalizada en todas las áreas montañosas del Atlas y particularmente del Anti-Atlas (Siroua). Presentan diversa tipología y materiales (en cuevas, en acantilados, en lugares elevados, fortificados...) y variado ámbito de uso (colectivos -ighrems-, comunales -tighrems-, familiares incluso).

Los citados Ighrems y otros que se encuentran en localidades del valle son de planta cuadrangular, de pequeñas dimensiones y escasas dependencias dispuestas a ambos lados de un vestíbulo que con la puerta de acceso constituye el eje del edificio. Hechos en tapial con base de piedra, presentan cuatro torres esquineras, varios pisos y techo en terraza.
Antaño la comunidad escogía un guardián íntegro que vivía con su familia en las dependencias anexas. Un cierto carácter sagrado impregnaba el lugar e imponía a los usuarios la obligación de no mentir ni robar. La falta de uso, su abandono y los agentes atmosféricos los van abocando a la ruina y la desaparición. 
El granero de Timit o de Sidi Moussa, es algo más que todo lo descrito. Su planta oval delata una importancia singular que se debe a su función añadida de santuario (marabouth: supuesto lugar de enterramiento de un santo varón o morabito: Sidi Moussa). Restaurado y vigilado, ha sido declarado patrimonio mundial por la UNESCO.



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